La siguiente conversación ocurrió el 29 de junio de 1948 como parte de una sesión de preguntas y respuestas en un entrenamiento llevado a cabo por Watchman Nee en el monte Kuling:
Hermana Wang Shu-ging: ¿Qué debemos hacer si una escuela insiste en cortar el pelo de las niñas? ¿Podemos entablar una demanda contra la escuela?
Watchman Nee: La Biblia no permite que los creyentes entablen una demanda contra alguien (1 Co. 6:1-2). Si hemos sido demandados por alguien, podemos responder a la demanda, pero no podemos iniciar un pleito. Cuando surgen problemas entre creyentes e incrédulos, son estos últimos quienes pueden ser los demandantes. Los creyentes pueden defenderse, pero eso es todo lo que pueden hacer; un creyente no puede iniciar una demanda. Es apropiado que los cristianos se defiendan, pero nunca deben ser los demandantes. Este principio se aplica a los asuntos personales de un creyente. Sin embargo, como ciudadanos de un país, tenemos el derecho de disfrutar la libertad que nos garantiza la constitución. Los cristianos pueden disfrutar las mismas libertades que los demás. Si una escuela obliga a las niñas a cortarse el pelo, los padres pueden demandar a la escuela, y nosotros podemos ayudar a los padres en su lucha contra la escuela. Cada ciudadano posee la libertad de dejar que su pelo crezca; no existe una ley que indique que un ciudadano no puede pertenecer a la República de China si él o ella se deja el pelo largo. El director de una escuela no puede decir que una niña no puede ser más una estudiante con base en que ella tenga el pelo largo; tal asunto atenta contra la libertad personal. Si alguien me pide intervenir en este caso, lo haré. No obstante, hemos de tener una actitud apropiada. Podríamos invitar a esas personas a comer, ir juntos al tribunal y luego llevarles a casa en coche. En asuntos así debemos dejar a un lado nuestros sentimientos personales. Estamos aquí para contender sólo por la verdad. Si la oficina de correos escribe una carta diciendo que se niega a entregar Biblias, podemos invitar al jefe de la oficina de correos a comer y aun así demandarle. Un cristiano puede pelear por el derecho que la constitución le otorga; no obstante, no olvidemos que combatimos por la verdad, y no por ningún asunto personal. (The Collected Works of Watchman Nee, vol. 59, p. 239)
En esta respuesta podemos percibir que Watchman Nee hizo una distinción entre un pleito motivado por ganancia o interés personal, como el que aparece en 1 Corintios, y aquellos pleitos que involucran la protección de las libertades básicas y la defensa de la verdad.